Deforme
19- Las habladurías del mundo – Pescado rabioso (1973)
Antes que nada debería aclarar que soy un analfaSpinetto. Mi desconocimiento de la obra de Luis Alberto Spinetta es profundo y me acompleja un poco como alguien a quien le interesa, y mucho, el rock nacional. Algunas cosas que hizo me aburren, otras me divierten, otras no me interesan y a la mayoría de sus discos siquiera los escuché como se debe. Pero dentro de toda mi ignorancia rescato un rechazo musical de LAS hacia todas las convenciones que se le puedan imponer. Dentro de su carrera, la única etapa que me despertó un interés genuino fue la de Pescado rabioso. Artaud es un discazo que tenía la particularidad de venir en un sobre que negaba el formato cuadrado que reinaba entre los lp. Musicalmente es tan interesante que hasta se hace resistente a algunas letras que son un pelotazo, como el patriarcal comienzo de Todas las hojas son del viento, que viene a ser una continuación del otro gran pelotazo de PR, Blues de Cris. Pero no siempre lo andaban dejando a Spinetta (este es más un disco solista que uno de PR) y él tenía tiempo de hacer cosas mejores que usar canciones para andar aconsejando sobre lo que no le piden y dando opiniones que a nadie le interesan. Pero Spinetta se reivindica con la metacanción enorme Cantata de puentes amarillos y, sobre todo, con Las habladurías del mundo del final. “Toda, toda la ternura me darás / si te ofrezco ser carne de tu cuerpo” es una frase brillante por donde se la mire. La cadencia melódica funciona a la perfección con un solo muy simple (de esos que se nota que saben que no necesitan ser vistosos para destacarse) que se acomoda bien en el medio de la canción. La mala predisposición con la prensa de Spinetta provocó muchos papelones (el más grande, reciente y famoso fue su triste cruce con Pablo Schanton), pero esa relación complicada también posibilitó Las habladurías del mundo, una canción simple y compleja al mismo tiempo, que por suerte no se entrega a los excesos característicos de LAS. Sin dudas, un punto a favor del rey de los gimmicks dentro del rock nacional.
Toda, toda la ternura me darás
si te ofrezco ser
parte de tu cuerpo
Y al acariciarme me darás
los espejos que son de tu día del alma
Mientras oigo trinos voces oigo más
son aquellos los dioses que
nos escuchaban
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos
Veo, veo las palabras nunca son
lo mejor para estar desnudos
Ni, ni la anaconda es como el buey
ya no hay más reyes de la selva
Toda, toda la ternura me darás
si te ofrezco ser carne de tu cuerpo
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos
Antes que nada debería aclarar que soy un analfaSpinetto. Mi desconocimiento de la obra de Luis Alberto Spinetta es profundo y me acompleja un poco como alguien a quien le interesa, y mucho, el rock nacional. Algunas cosas que hizo me aburren, otras me divierten, otras no me interesan y a la mayoría de sus discos siquiera los escuché como se debe. Pero dentro de toda mi ignorancia rescato un rechazo musical de LAS hacia todas las convenciones que se le puedan imponer. Dentro de su carrera, la única etapa que me despertó un interés genuino fue la de Pescado rabioso. Artaud es un discazo que tenía la particularidad de venir en un sobre que negaba el formato cuadrado que reinaba entre los lp. Musicalmente es tan interesante que hasta se hace resistente a algunas letras que son un pelotazo, como el patriarcal comienzo de Todas las hojas son del viento, que viene a ser una continuación del otro gran pelotazo de PR, Blues de Cris. Pero no siempre lo andaban dejando a Spinetta (este es más un disco solista que uno de PR) y él tenía tiempo de hacer cosas mejores que usar canciones para andar aconsejando sobre lo que no le piden y dando opiniones que a nadie le interesan. Pero Spinetta se reivindica con la metacanción enorme Cantata de puentes amarillos y, sobre todo, con Las habladurías del mundo del final. “Toda, toda la ternura me darás / si te ofrezco ser carne de tu cuerpo” es una frase brillante por donde se la mire. La cadencia melódica funciona a la perfección con un solo muy simple (de esos que se nota que saben que no necesitan ser vistosos para destacarse) que se acomoda bien en el medio de la canción. La mala predisposición con la prensa de Spinetta provocó muchos papelones (el más grande, reciente y famoso fue su triste cruce con Pablo Schanton), pero esa relación complicada también posibilitó Las habladurías del mundo, una canción simple y compleja al mismo tiempo, que por suerte no se entrega a los excesos característicos de LAS. Sin dudas, un punto a favor del rey de los gimmicks dentro del rock nacional.
Toda, toda la ternura me darás
si te ofrezco ser
parte de tu cuerpo
Y al acariciarme me darás
los espejos que son de tu día del alma
Mientras oigo trinos voces oigo más
son aquellos los dioses que
nos escuchaban
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos
Veo, veo las palabras nunca son
lo mejor para estar desnudos
Ni, ni la anaconda es como el buey
ya no hay más reyes de la selva
Toda, toda la ternura me darás
si te ofrezco ser carne de tu cuerpo
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos
1 Comments:
spinetta es lo mas pior que hay loco
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