Escuchando discos desde chico, creciendo
16 - Going Up The Country – Luca Prodan
Me acuerdo que una tarde de sábado hace muchos años paseaba por el club Country de Banfield, como todas las tardes. Estaba subiendo las escaleras que iban desde la pileta y la canchita de entrenamientos de papi hasta el gimnasio 2, en el segundo piso, donde se jugaban los partiditos oficiales de FADI. Se escuchaba bochinche que venía de abajo, de la cancha de papi, me asomé y vi que había un pelado cantando en un escenario improvisado donde estaba el gimnasio de yudo que daba a la canchita. No sé bien por qué, pero la imagen me quedó grabada a fuego en la mente, tal vez haya sido por la fascinación que me produjo ver algo que jamás había visto antes. Una banda en vivo.
Fui corriendo al balcón del primer piso, al lado de los vestuarios, y me quedé mirando boquiabierto sin entender nada de nada. Hasta que uno de los chicos más grandes que estaban ahí en el balcón mirando, los de “la 73”, me dijo: “el pelado es Luca Prodan, está probando sonido Sumo”. No sé cuánto me quedé mirando desde allá arriba, pero sé que fue suficiente. No volví a saber nada más de ese tipo ni de esa banda hasta que un tiempito después me desayuné durante mi obsesiva y religiosa lectura matinal del diario con que el peladito se había muerto. Fue una experiencia shockeante que me predispuso mejor en la adolescencia con mi verdadero descubrimiento de Sumo.
Promediando el colegio secundario era imposible esquivar el Greatest Hits del grupo sin toparte con The Collection. Todavía los cds se escuchaban “como si la banda estuviera tocando en tu living”. Pero yo sabía que en vivo no se escuchaban así, o al menos cuando probaban cómo escucharse en vivo. Después me peleé con Sumo, como cualquier idiota que niegue su primera adolescencia y volvimos a amigarnos cuando estaba un tanto más maduro y teníamos mucho más en común. Ahí recién descubrí que mi problema con Sumo siempre fue que la sentía una banda mucho más climática que de canciones. No podía rescatar muchos temas (de hecho ninguna canción forma parte de esta lista) pero me encantaba la sensación de escuchar los discos todo el tiempo, sobre todo porque eran distintos cada vez. En la variedad de registros de Sumo se notaba cada uno de los cambios que el tiempo me produjo, en cómo la canción que odiaba se volvía mi favorita y viceversa.
Con Luca solista me pasó lo contrario. Lo descubrí muchísimo después, por un k7 que me regaló mi pareja en ese momento para que escuche mientras manejaba, durante una de mis etapas de enemistad con Sumo. Fue amor a primera escucha. Sentí todo lo contrario que con Sumo. Luca priorizaba a las canciones (grandes canciones debería decir) y no buscaba cambiar el registro todo el tiempo. Había un clima solo en el disco, encima uno mucho más interesante para mí que toda la diversidad de Sumo, y en ese único humor las canciones se lucían mejor, sin que parezca que se esforzaban por sobresalir. Acá en la lista está Going Up the Country, pero podría haber sido casi cualquier otra de Time, Fate, Love. O también de Perdedores hermosos. Desde el colchoncito de guitarras en el memorable in crescendo de Raining in London o los experimentos electrónicos de Running Away hasta los gritos guturales de gorila de La pequeña muerte o el final de Billy, igualito al de Ziggy Stardust pero con un saxo, todo me deslumbró al instante en los dos discos de Luca y me hicieron sentir a Sumo como un proyecto mucho más chato y limitado.
Las razones por las que Going Up the Country figura en esta lista se encuentran en que pienso a Luca como un jipi radical, uno de esos bien de raíz a los que no les importan mucho los saumerios y mucho menos las artesanías, y además porque siempre escribió mucho a partir de retazos de otras composiciones. Sus reversiones subvierten el original y se camuflan dentro del corpus de su obra. Going Up the Country, himno jipi que Canned Heat popularizó a fines de los 60, aparentemente ya era una reversión de Going Down South de Henry Thomas. Luca toma la canción de Alan "lechuza ciega" Wilson y la pervierte. Primero le baja el tempo, le introduce un par de líneas al comienzo, se va directo al estribillo y desecha el resto de la canción original, ninguneando la última estrofa. Además, Luca hace que la canción dure casi el doble, la limpia de un solo de flauta asqueroso y lo remplaza por uno de los silbidos más hermosos de la historia de la música, que hacen que la canción respire un aire mucho más campirano y, junto a la decisión de meter aplausos de fondo que marcan el ritmo y cantar a dos voces, se perciba un sentimiento de comunidad detrás de la música mucho más grande que el que inspiraba ese himno del jipismo. No hay forma de evitar que una canción que celebre irse “donde el agua sabe a vino y podemos saltar en el agua y emborracharnos todo el tiempo” suene 100% propiedad de Luca.
I have to get going,
I can’t stay here long
Cos I’m tired away,
I’ve been down all around
I’m gonna go back west,
gonna find me a brand new home
I'm going up the country, why don't you wanna go
I'm going up the country, why don't you wanna go
I'm going to some place where I've never been before
I'm going, I'm going where the water tastes like wine
Well I'm going where the water tastes like wine
We can jump in the water, stay drunk all the time
No use of you running, or screaming and crying
'Cause you've got your place babe as long as I've got mine
Me acuerdo que una tarde de sábado hace muchos años paseaba por el club Country de Banfield, como todas las tardes. Estaba subiendo las escaleras que iban desde la pileta y la canchita de entrenamientos de papi hasta el gimnasio 2, en el segundo piso, donde se jugaban los partiditos oficiales de FADI. Se escuchaba bochinche que venía de abajo, de la cancha de papi, me asomé y vi que había un pelado cantando en un escenario improvisado donde estaba el gimnasio de yudo que daba a la canchita. No sé bien por qué, pero la imagen me quedó grabada a fuego en la mente, tal vez haya sido por la fascinación que me produjo ver algo que jamás había visto antes. Una banda en vivo.
Fui corriendo al balcón del primer piso, al lado de los vestuarios, y me quedé mirando boquiabierto sin entender nada de nada. Hasta que uno de los chicos más grandes que estaban ahí en el balcón mirando, los de “la 73”, me dijo: “el pelado es Luca Prodan, está probando sonido Sumo”. No sé cuánto me quedé mirando desde allá arriba, pero sé que fue suficiente. No volví a saber nada más de ese tipo ni de esa banda hasta que un tiempito después me desayuné durante mi obsesiva y religiosa lectura matinal del diario con que el peladito se había muerto. Fue una experiencia shockeante que me predispuso mejor en la adolescencia con mi verdadero descubrimiento de Sumo.
Promediando el colegio secundario era imposible esquivar el Greatest Hits del grupo sin toparte con The Collection. Todavía los cds se escuchaban “como si la banda estuviera tocando en tu living”. Pero yo sabía que en vivo no se escuchaban así, o al menos cuando probaban cómo escucharse en vivo. Después me peleé con Sumo, como cualquier idiota que niegue su primera adolescencia y volvimos a amigarnos cuando estaba un tanto más maduro y teníamos mucho más en común. Ahí recién descubrí que mi problema con Sumo siempre fue que la sentía una banda mucho más climática que de canciones. No podía rescatar muchos temas (de hecho ninguna canción forma parte de esta lista) pero me encantaba la sensación de escuchar los discos todo el tiempo, sobre todo porque eran distintos cada vez. En la variedad de registros de Sumo se notaba cada uno de los cambios que el tiempo me produjo, en cómo la canción que odiaba se volvía mi favorita y viceversa.
Con Luca solista me pasó lo contrario. Lo descubrí muchísimo después, por un k7 que me regaló mi pareja en ese momento para que escuche mientras manejaba, durante una de mis etapas de enemistad con Sumo. Fue amor a primera escucha. Sentí todo lo contrario que con Sumo. Luca priorizaba a las canciones (grandes canciones debería decir) y no buscaba cambiar el registro todo el tiempo. Había un clima solo en el disco, encima uno mucho más interesante para mí que toda la diversidad de Sumo, y en ese único humor las canciones se lucían mejor, sin que parezca que se esforzaban por sobresalir. Acá en la lista está Going Up the Country, pero podría haber sido casi cualquier otra de Time, Fate, Love. O también de Perdedores hermosos. Desde el colchoncito de guitarras en el memorable in crescendo de Raining in London o los experimentos electrónicos de Running Away hasta los gritos guturales de gorila de La pequeña muerte o el final de Billy, igualito al de Ziggy Stardust pero con un saxo, todo me deslumbró al instante en los dos discos de Luca y me hicieron sentir a Sumo como un proyecto mucho más chato y limitado.
Las razones por las que Going Up the Country figura en esta lista se encuentran en que pienso a Luca como un jipi radical, uno de esos bien de raíz a los que no les importan mucho los saumerios y mucho menos las artesanías, y además porque siempre escribió mucho a partir de retazos de otras composiciones. Sus reversiones subvierten el original y se camuflan dentro del corpus de su obra. Going Up the Country, himno jipi que Canned Heat popularizó a fines de los 60, aparentemente ya era una reversión de Going Down South de Henry Thomas. Luca toma la canción de Alan "lechuza ciega" Wilson y la pervierte. Primero le baja el tempo, le introduce un par de líneas al comienzo, se va directo al estribillo y desecha el resto de la canción original, ninguneando la última estrofa. Además, Luca hace que la canción dure casi el doble, la limpia de un solo de flauta asqueroso y lo remplaza por uno de los silbidos más hermosos de la historia de la música, que hacen que la canción respire un aire mucho más campirano y, junto a la decisión de meter aplausos de fondo que marcan el ritmo y cantar a dos voces, se perciba un sentimiento de comunidad detrás de la música mucho más grande que el que inspiraba ese himno del jipismo. No hay forma de evitar que una canción que celebre irse “donde el agua sabe a vino y podemos saltar en el agua y emborracharnos todo el tiempo” suene 100% propiedad de Luca.
I have to get going,
I can’t stay here long
Cos I’m tired away,
I’ve been down all around
I’m gonna go back west,
gonna find me a brand new home
I'm going up the country, why don't you wanna go
I'm going up the country, why don't you wanna go
I'm going to some place where I've never been before
I'm going, I'm going where the water tastes like wine
Well I'm going where the water tastes like wine
We can jump in the water, stay drunk all the time
No use of you running, or screaming and crying
'Cause you've got your place babe as long as I've got mine
5 Comments:
wow, me pasó exactamente lo mismo con sumo y con los discos de luca, con la diferencia de q nunca lo vi al dolape in the flesh
ese q elegiste es un temazo!
buenas, la verdad q time fate love es un disco increible, la cancion cosas raras es una de mis facvoritas.
luca es un gran musico, lo escuho desde muy pendeja y esta muy buena la descripcion q hiciste de como fue tu relacion con el y sumo a lo largo del tiempo
un saludo
kaya
bueno necesito la letra de la cancion de luca prodan lament, aunque sea en ingles... por favor!!!
mi mail es celecas@yahoo.com.ar
saludos varios!
t invito a pasar por un link de algo que estamos haciendo de a poco, pero que necesitamos mas gente y ganas...
http://www.flickr.com/groups/_sumo
muchos saludos!
me paso lo mismo, sumo luego prodan solista, aunq no traduje las letras son temas muy fuertes
luca not dead
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